sábado, 26 de octubre de 2013

Capítulo 4- Me han despedido.

Cuando volví de la biblioteca, mi padre estaba en la cocina haciendo algo de cena. Había echo lasaña. Dejé mi mochila en el salón y me descalcé. Después de lavarme las manos, fui a la cocina. Mi padre me saludo, y luego volvió a su labor. Yo puse la mesa para dos ya me mi ‘madre' no estaba en casa en ese momento. Creo que se tenía que quedar hasta tarde en la revista. Era una de las redactoras de una revista Inglesa. No se muy bien cual era, ya que no soy yo de leer revistas, y nunca me interesó, lo único que se es que trae un buen sueldo a casa y que le gusta su trabajo, aunque cuando tenía que escribir sobre la vida privada de algún famoso, y lo tenía que hacer para causar daño, le molestaba mucho. Elizabeth es una buena mujer. Cuando yo tenía cuatro años, mi padre la conoció, se enamoraron y un año después, se casaron. A mi Elizabeth siempre me ha caído muy bien, pero no la veo como una madre, por eso cuando la gente me pregunta por mi madre digo que no tengo, y si luego la conocen a ella, pues ya les digo que es mi madrastra, pero que no la considero mi madre. Es muy simpática. Siempre me ha querido mucho, me trata como si fuera una amiga suya con la diferencia de que duerme con mi padre. Bueno, me trata como ella hubiera tratado a una de sus amigas cuando tenía mi edad. Era una chica de la edad de mi padre, 43, pero no los aparentaba, era rubia, pero teñida, aunque le quedaba muy bien, y no parecía para nada una de estas zorras, perdón por la palabra, que se tiñen, se pintan mas que una puerta, y son todo siliconas. No, ella era una mujer normal, con el pelo teñido. Tenía unos ojos marrones, y el cuerpo de una adolescente. Pero bueno, no lo era, solo que se cuidaba, muy bien. Pero no os penséis que el matrimonio de mi padre y ella, era como estos típicos matrimonios, en los que un hombre, feo, gordo y rico encuentra a una mujer la mitad que el pero que está buenísima y se casan por el dinero. No, ellos se querían, y además, mi padre también era muy guapo. Era alto, delgado, tenía el pelo claro, no rubio pero tampoco moreno, tenía los ojos verdes, de ahí los había sacado yo, ya que los de mi madre eran azules. Mi padre estaba fuerte, iba al gimnasio y le gustaba ir a correr por la playa, yo antes iba con el, pero ahora ya no me apetece.  Bueno, vuelvo al presente.
Me echó un trozo en el plato y el se sentó en frente con otro trozo en su plato. Algo iba mal, no hablaba... Ni nada.
- Papá, ¿estás bien?
- Eh... Si, estoy perfectamente.
- Ya claro, y yo soy Lady Gaga. ¿Qué te pasa?- la relación con mi padre tampoco era exactamente como la de un adolescente normal. Me llevaba muy bien con el, aunque cuando discutíamos... Y solía ser siempre por lo sobre protector que es conmigo.
- Me han despedido.
- ¿¡QUE!?
- No grites, por favor...
- Lo siento, pero, ¿por que te han despedido?
- No lo sé. Creo que porque no me quería acostar con mi jefa.
- Vaya... Esa mujer nunca me había caído bien.- Siempre andaba detrás de mi padre- ¿Qué fue lo que pasó?
- Pues, la jefa me llamó a su despacho, y me dijo que me sentara, lo hice y empezó a hablar, luego... Bueno, se me empezó a acercar... Y yo la aparté, le dije que era un hombre casado. ‘Yo también, pero hay placeres de los que el matrimonio no me va a alejar' me respondió. Y me fui, por megafonía dijo que estaba despedido.
- Esa furcia...
- No hables así.
- ¿Se lo has dicho a Elizabeth?-Dije pasando de lo que me dijo sobre mi vocabulario.
- No, ese es el problema, no se como decírselo, ya sabes que es muy celosa, seguro que piensa que ha pasado algo mas.
- Bueno, no pasa nada, tu sabes que no ha pasado nada, ¿no?
- Alex, ¡POR FAVOR!
- Bueno, papá, yo solo lo digo.  Díselo y punto cuanto antes mejor.- dejé el plato en el fregadero. La puerta de casa sonó, era Elizabeth.- Suerte.- le di un beso en la mejilla y salí de la cocina. Por el pasillo me crucé con Elizabeth.
- ¡Hola Alex!- me saludó.
Le devolví el saludo y me metí en mi dormitorio. Saqué mi Blackberry del bolsillo y vi que tenía una llamada de Ashley. La llamé para ver que era lo que quería.
- ¡Hola!- me contestó su voz al otro lado de la línea.
- Hola, ¿para que me llamaste?
- No, es que creo que te llevaste tu por accidente mi cazadora y era para recordarte que mañana me la llevases a clase.
- Si claro.
- Bueno, buenas noches Alex, me voy a dormir.
- Y yo, buenas noches Ash. Que duermas bien.
- Igualmente.
Colgamos el teléfono y yo me metí en la cama. Me tardé en dormir, estaba pensando que ahora que mi padre se había quedado sin trabajo tal vez tendríamos que volver a casa. Aunque lo normal sería querer volver, a mi no me apetecía nada. Me había costado ya bastante alearme de aquello como para ahora volver. Y la despedida no había sido agradable, la que creí mi mejor amiga resultó no ser mas que una zorra más.
Caí rendida. Me dormí y viví en sueños, de mil maneras distintas la escena con Harry hacía dos días.

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